La independencia es un objetivo que los adolescentes perseguimos durante un periodo en el cual vivimos emociones importantes y problemas de convivencia con quienes aparecen como las autoridades, quienes siempre nos lo recuerdan con sus limites y reglas “absurdas” y ésto se vuelve un verdadero problema cuando nuestros padres "por darnos lo mejor" pasan mas tiempo fuera de casa que dentro de ella. Entendemos que quieran nuestro bienestar, pero ¿de qué sirve que tengamos todo para superarnos cuando no tenemos a nadie que nos diga como usarlo correctamente? Esto causa también que perdamos toda confianza con ellos, que perdamos la necesidad de decirles "te quiero" y de recibir un abrazo.
Cuando a nuestros padres les den esos típicos ataques emotivos que nos hacen sentir realmente incómodas, nos refugiamos en cualquier otra parte de nuestros hogares, siempre y cuando este bieen lejos de donde ellos se encuentren. Y aunque no querramos aceptarlo, con el tiempo nos vamos dando cuenta de que esta situacion de "completos extraños viviendo con otros extraños" llega a lastimarnos, mucho más cuando recordamos los buenos momentos en familia que solíamos pasar juntos cuando eramos aún pequeños. Lastimosamente nuestros padres no lo persiven, aumentando así la distancia entre aquellos que ya se sienten a miles de kilómetros, estando a tan solo metros de distancia frente a frente todos los días, ¿no creen?
0 comentarios:
Publicar un comentario